Se trata de Manuel Pérez Martínez, Secretario desde hace más de dos décadas del Partido Comunista de España(reconstituido) y único preso en Europa en calidad de dirigente de una organización obrera. Condenado en un juicio plagado de irregularidades por el secuestro del empresario Publio Cordón, es conocido por presos de nuestra provincia. En general, como al resto de presos por motivos políticos, es visto por los reclusos con respeto y admiración, lo que le ha valido en numerosas ocasiones situaciones de aislamiento y traslados forzosos.
Como ocurriera en los tribunales franquistas durante los tan conocidos procesos contra presos políticos, algunos de los cuales forman hoy parte, o han formado de organizaciones de prestigio institucional, como el PCE o el propio Partido Socialista, el pasado mes de marzo el Tribunal Supremo ratificó la sentencia de la Audiencia Nacional que condenaba a Manuel Pérez Martínez(conocido entre sus compañeros como “Arenas”) a siete años de prisión, por considerarlo autor por omisión del secuestro del empresario aragonés Publio Cordón Munilla, con el voto en contra del Magistrado Perfecto Andrés Ibáñez, que considera en su voto particular la inexistencia de responsabilidad de “Arenas” por la inexistencia de pruebas concluyentes que la indiquen.
Arenas, cuya detención en 1984 y posterior encarcelamiento ha tenido mayor repercusión social en el exterior que dentro de las fronteras del Estado Español, forma parte de un numeroso colectivo de presos políticos que a pocos kilómetros de Guadalajara, comparten módulos y celdas con otros tantos vecinos de nuestra provincia. Alberto Jiménez Alba, otro preso libertario también se encuentra allí.
En todos los sumarios en los que se ha visto procesado nunca ha renunciado a su condición de militante comunista. Lo ha señalado en todos los tribunales por los que ha pasado, que nunca consiguieron probar actividad armada alguna, tal y como publicaba el 12 de octubre de 2000 el diario gubernamental El País.
En la actualidad, hay en Alcalá-Meco decenas de presos sociales guadalajareños encarcelados por delitos comunes: pequeños robos, hurtos y hechos intrascendentes pero que, con su mayor o menor conciencia de la realidad, ninguno duda en la valentía de este otro grupo de presos. Generalmente hablan con admiración y profundo respeto de personas como Arenas. Junto al conjunto del colectivo de presos políticos, ayuda a otros presos sociales a redactar escritos o asesoran en temas de vida carcelaria con el objetivo de evitar suicidios o profundas depresiones consecuentes con la dureza del régimen penitenciario español. Suicidios y depresiones que son muy frecuentes en los recintos carcelarios.
La mayoría de los reclusos conoce el caso de Arenas, y en su explicación personal de lo que ha hecho el Estado con él, todos coinciden en que tiene que haber una larga mano que se ha propuesto encerrarlo de por vida, idea que el propio Arenas conoce a la perfección, pero que no le ha impedido llevar adelante una lucha general, dentro y fuera de las prisiones. A pesar de las trabas y los juicios amañados, muchos solidarios le están esperando, y una de las cosas que dicen los presos de Guadalajara, es que habrá otros tantos reclusos que les arrancará una sonrisa el día que conozcan de su libertad, como tantos otros presos por motivos políticos.
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